Córdoba, 15 de agosto de 2013
Es lamentable tener que escuchar acusaciones de la Campaña Nacional Abolicionista, quienes desde Buenos Aires nos acusan con injurias y calumnias, sin siquiera conocernos como Ammar Córdoba y sin conocer mucho menos a la Coordinadora por la Aparición con vida de Yamila Cuello, ejerciendo violencia hacia nosotras.
En primer lugar queremos aclarar que nuestro apoyo a Soledad Cuello, nace después de encontrarnos en varias oportunidades en distintos espacios de denuncia a la inoperancia del Gobierno Provincial con la aplicación de la Ley de Trata 10.060, en el camino nos conocimos con una mujer que prácticamente sola busca a su hermana desde hace casi cuatro años. Ella no contaba con el apoyo de ninguna “feminista abolicionista”, las cuales hoy nos acusan a nosotras, a las trabajadoras sexuales organizadas, por acompañar la búsqueda de Yamila Cuello. De igual modo hemos acompañado a lo largo de los más de 13 años de vida de AMMAR Córdoba innumerables luchas populares como la del acceso a la tierra, el agua, contra la precarización, la explotación laboral, la represión policial, repudiando los feminicidios, las violaciones a los derechos humanos: siempre sosteniendo la autonomía y la coherencia con nuestras ideas, por ello es lógico que nosotras apoyemos la causa de la desaparición de personas.
En conjunto con Soledad Cuello y la “Red Por el Reconocimiento del Trabajo Sexual”, decidimos convocar a una coordinadora para que Soledad pueda contar con más apoyo, y sumando fuerzas podamos hacer visible la búsqueda de Yamilla. Lejos de ser “intrusas” en esta lucha, creemos que hemos dado el apoyo y el impulso que se necesitaba para que desde ahí se empezaran hacer acciones y denuncias publicas las cuales habían decaído en los últimos meses, hoy Soledad cuenta con un arco de organizaciones sociales y políticas que conforman las coordinadora.
Por otra parte existen difamaciones sobre nuestra organización por parte de la Campaña Abolicionista las cuales exigimos se retracten: nos asocian con “el proxenetismo local e internacional”, no sabemos a que se refieren estas mujeres a semejantes calificaciones; si ellas conocen el “proxenetismo local e internacional” deberían denunciarlo con pruebas. Precisamente somos las trabajadoras sexuales quienes sí venimos denunciando desde hace mucho tiempo las complicidades para que el proxenetismo exista, mientras la policía nos sigue persiguiendo a nosotras. Esto le costo la vida a Sandra Cabrera, Secretaria General de Ammar Rosario, por denunciar ante la justicia esta complicidad entre la policía y los proxenetas sostenidos por la clandestinidad.
Repudiamos enérgicamente que quieran confundir a la ciudadanía en esto que las abolicionistas llaman “posición Pro-proxenetismo”, ya que es de publico conocimiento que nosotras pedimos el reconocimiento de nuestra actividad autónomamente, para que ningún trabajadxr sexual dependa de un tercero que “brinde protección para su explotación”. Así, lo señala por ejemplo en la Republica del Uruguay la ley de trabajo sexual 17.515 en donde se legisla la protección de las trabajadoras sexuales “contra cualquier forma de explotación”[2]
Desde AMMAR Córdoba sostenemos que el objetivo del fin a la pobreza se concretará cuando tengamos distribución equitativa de la riqueza, jamás hemos propuesto o fomentado que el ejercicio de la prostitución sea una salida y mucho menos de menores de edad: todo lo contrario, AMMAR siempre lucho contra la explotación y la prostitución infantil la cual repudiamos y denunciamos enérgicamente. Nosotras nos defendemos, defendemos nuestras prácticas como trabajo sexual, de mujeres adultas y consientes de nuestra voluntad, por ello exigimos un reconocimiento de nuestros derechos y luchamos día a día para que se nos respete. No somos solo un discurso de “defensa de derechos”, militamos todos diariamente para hacerlo realidad en la práctica, ya que la clandestinidad histórica producto de la ignorancia, de la discriminación social y política ha sido la causante de todos nuestros padecimientos y vulneraciones que venimos soportando. Esta situación ha fortalecido el proxenetismo siempre, siendo perseguidas por la policía teniendo que cumplir hasta más de tres meses de calabozos quienes desarrollamos el trabajo sexual autónomo. Siempre nos paramos desde nuestra propia realidad para defender nuestros derechos humanos, los cuales han sido y siguen siendo pisoteados por los gobiernos, la policía, la justicia y por supuesto también por estas mujeres de la Campaña Abolicionista que sin conocernos nos agreden.
Hoy el abolicionismo nos persigue, queriendo deslegitimar nuestra lucha, afirmando que es la única propuesta que pide salud trabajo y educación para nosotras, lo cual creemos son frases vacías, de “campaña” justamente ya que jamás se han puesto de nuestro lado, ni siquiera en nuestras propuestas educativas y de formación de derechos que desarrollamos desde AMMAR Córdoba, como lo es nuestro CENPA-AMMAR, nuestros espacios de formación y capacitación, así como nuestra Biblioteca Popular, nuestro Jardín Maternal, nuestro Consultorio Amigable para la Salud Integral, todos espacios abiertos a la comunidad y que hemos creado en nuestra sede desde la necesidad colectiva del sector, ante la ausencia total de políticas publicas, pues la única política sostenida desde hace más de cien años para nosotras ha sido la criminalización, la persecución policial, la estigmatización y la violencia social y política.
Hoy hablan de nosotras “sin nosotras”, nos califican queriendo desconocer que este colectivo de mujeres nos reconocemos personas sujetos de derechos y no estamos dispuestas a que decidan que es lo mejor para nosotras sin escucharnos, ya que venimos enfrentando la discriminación y la política represiva desde nosotras mismas. Nunca hemos contado con estas mujeres feministas abolicionistas cuando estamos en la calle peleando con la policía, o ante los asesinatos impunes de nuestras compañeras. “La derogación de los códigos contravencionales y de faltas” es una lucha desde abajo, con las personas que lo seguimos sufriendo, los comunicados que desde lejos creen frenar el abuso policial y conocer nuestra realidad local, no son más que infamias y agresiones que siguen evidenciando que la lucha real de estas mujeres sostenida desde una moral conservadora, no es contra la trata de personas, si no contra el trabajo sexual.
Comisión Directiva de Ammar Córdoba
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